La Planificación fiscal en la Empresa Familiar, como en cualquier otra empresa o profesional, es clave para la viabilidad del negocio.
Como bien explica Lola Ferrer, nuestra Socia y Directora General, en una reciente entrevista realizada por Cope una buena planificación fiscal no solo aporta valor. Si no que también permite optimizar los recursos disponibles. Facilita la obtención de financiación, en base a las necesidades de esta, y por tanto de la viabilidad del proyecto.
Planificación fiscal en la empresa familiar por su peculiaridad
En el caso concreto de la empresa familiar, existe además el factor familia. La propia familia dueña de la empresa en la que se mezclan muchas veces emociones, que no siempre son fáciles de gestionar. Intereses comunes o diferentes, pero que pueden incluso ser divergentes. Y de esta forma la no separación clara entre empresa y familia genera tensiones e incluso la no viabilidad del proyecto empresarial.
Por ello existe el régimen fiscal de la empresa familiar, que como ya hemos comentado en anteriores artículos, no consiste en beneficios fiscales para la propia actividad de la empresa. Si no que se materializa en beneficios fiscales para los autónomos que realicen la misma o para los socios de la empresa familiar. Es decir, para la familia.
Pero estamos en un escenario en el que la amenaza de subida de impuestos se está convirtiendo en una realidad. Muy especialmente, Sucesiones y Donaciones y también Patrimonio. Impuestos en los que existen hoy en día beneficios fiscales en al ámbito de este régimen de la empresa familiar.
Porque la sucesión de una generación empresarial y salvaguardar el patrimonio familiar, se ha de hacer bien, para no perjudicar la viabilidad del proyecto empresarial.
Como pueden o no afectar esas subidas a este régimen, es una incógnita aún. Pero nuestra recomendación es adelantarse y dejar bien hechos los “deberes” familiares. En especial en las CC.AA. donde existen bonificaciones fiscales en estos impuestos, encabezadas por Madrid.
Y qué pasa con los nuevos emprendedores
En tiempos de pandemia, de crisis como concepto de nuestro día a día, el emprendimiento en general es más difícil. Pero eso no quita para que existan oportunidades empresariales.
En la mayoría de los casos, muy ligadas a sectores concretos y en dónde el componente tecnológico es clave.
No estamos refiriendo a sectores como la salud, la educación y las finanzas. Sectores en los que la tecnología está permitiendo un acceso y comercialización, que de otra forma estaría muy limitado por las restricciones de movilidad, cuando no imposible.
Y como todo nuevo proyecto, además de la idea, hace falta la planificación. Planificación del propio proyecto empresarial y, por tanto, ser capaces de escribir su futuro inmediato:
- Cumplimiento formal. Es decir, las obligaciones legales para llevar a cabo el proyecto.
- Planificación fiscal. Para ser capaces de aprovechar todos los beneficios fiscales existentes, que faciliten la tesorería y por tanto la viabilidad empresarial.
- Planificación financiera. Ver que recursos van a ser necesarios en el corto y medio plazo, y como conseguirlos. Para poder pensar en el largo plazo.
Y es aquí donde la planificación fiscal es clave. Porque es una forma de aprovechar los recursos financieros que uno mismo está generando.
Por tanto, recordemos que la fiscalidad, sobre todo de las empresas, pymes y no digamos de los profesionales autónomos, está sujeta a cambios legislativos. Y estos cambios generan una necesidad continua de seguimiento y actuación. No solo en la prevención sino también, en la optimización de las ventajas fiscales.
Arrabe Integra
Asesoría Fiscal