La nueva ley de desperdicio de alimentos fue aprobada por el Consejo de ministros con fecha 7/06/2022. El proyecto de Ley de desperdicio alimentario conllevará el derecho de llevarse las sobras a casa.
La norma, que será remitida al Congreso para iniciar su tramitación parlamentaria, pretende poner coto a los millones de kilos de comida y bebida que los hogares tiran cada año a la basura.
Nueva Ley de desperdicio de alimentos
Vamos a ver la principales claves de esta ley de desperdicio de alimentos, teniendo en cuenta que la norma se dirige a todos los elementos de la cadena. Esto es, productores primarios, la industria, la distribución y las familias. Siendo este último ámbito el que concentra el 40% de los desperdicios generados durante todo el proceso.
Planes de prevención
Todas las empresas de la cadena deberán disponer de un plan de prevención de desperdicios a partir de un autodiagnóstico de sus procedimientos. Una vez identifiquen en qué punto se producen las pérdidas, tendrán que tomar medidas para minimizar estas y decidir el uso que se hace de ellas.
Estos planes tendrán que configurarse en función a un orden o jerarquía, que tendrá como prioridad máxima el consumo humano a través de la donación o la redistribución de los alimentos.
En primer lugar, el consumo humano a través de la donación. Los agentes de la cadena deberán suscribir convenios con empresas, entidades de iniciativa social, ONG o bancos de alimentos, debiendo especificar las condiciones en que se recogen, trasladan y almacenan los productos entre las partes. A su vez, las entidades sociales deberán garantizar la trazabilidad de estos con un registro de entrada y salida, así como comprometerse a que no van a comercializarlos.
En segundo lugar, la transformación de los alimentos. Se optará por transformar alimentos a los que no se ha podido dar salida pero que mantienen una condición óptima para el consumo. Un ejemplo serían la realización de mermeladas o zumos.
En tercer lugar, la alimentación animal. Si los alimentos ya no son aptos para que los ingiera una persona, se dedicarán a la fabricación de piensos o a comida de animales.
Por último, otros ámbitos en última instancia, y en este orden, se prevé que los desperdicios se destinen a confeccionar subproductos en otras industrias o a obtener abonos.
Restaurantes
El derecho a llevarse las sobras. Este tipo de establecimientos deberán ofrecer de forma gratuita a sus clientes que puedan trasladar la comida que no han consumido. Para ello, deberán contar con envases aptos para el consumo que sean reutilizables o se puedan reciclar fácilmente.
Existe una excepción contemplada en el proyecto de ley de desperdicios alimentarios. Este precepto no será aplicable en buffet libres.
Supermercados
En el intento de que antes del fin de “su vida útil” los alimentos puedan ser aprovechados, el proyecto de ley incluye una serie de buenas prácticas para este tipo de establecimientos. Tres ejemplos:
- Disponer de una línea de venta de productos “feos, imperfectos o poco estéticos”
- Promover el consumo de productos de temporada, de proximidad o ecológicos
- Incentivar las ventas de productos que caduquen dentro de poco o tengan una fecha de caducidad próxima
Régimen sancionador
Como es habitual, esta ley de desperdicio de alimentos en trámite parlamentario, incluye un régimen sancionador con multas de hasta 500.000€ por incumplimientos.
El proyecto de ley de desperdicio alimentario contempla sanciones por el incumplimiento de los establecido en el texto. Tales como no donar los alimentos aptos para el consumo humano con los que se cuente o que las empresas receptoras establezcan algún tipo de discriminación en el reparto.
Existen tres niveles de infracciones:
- Infracción leve, hasta 2.000€ de multa. Se considera como tal no aplicar la jerarquía en el uso de los alimentos. O que las empresas de distribución al por menor o los restaurantes no donen los productos no vendidos que sean aptos para el consumo humano. También que las ONG o entidades sociales no entreguen los excedentes a personas desfavorecidas o que fijen motivos discriminatorios a la hora de repartir los alimentos (motivos de edad, sexo, salud, nacionalidad…).
- Infracción grave, de 2.001€ a 60.000€ de multa. Se concibe como una infracción grave que las empresas de la cadena no cuenten con un plan de prevención.
- Infracción muy grave, de 60.001€ a 500.000€ de multa. Si una entidad comete dos faltas graves en un plazo de dos años, la segunda o ulterior se considerarán como muy graves. Pudiendo llegar la multa hasta el medio millón de euros.
Siguientes pasos de la ley de desperdicio de alimentos
A destacar dos puntos importantes.
Evaluación cada año por parte del Ministerio
El proyecto de ley de desperdicio alimentario también contempla que el Ejecutivo deberá redactar un Plan Estratégico, revisable cada cuatro años, sobre el desperdicio de alimentos. En el cual, definirá una estrategia general y las orientaciones que tendrán que seguir las comunidades autónomas.
Además, el Ministerio de Agricultura tendrá que elaborar un plan nacional sobre este mismo tema del que deberá rendir cuentas anualmente. En cada curso deberá emitir un informe sobre los resultados de la aplicación de este plan.
Entrada en vigor
Aunque dependen de cuánto se alargue el trámite parlamentario, la intención del Gobierno es que entre en vigor el 1 de enero de 2023.