¿Cuál es el verdadero significado de ser accionista de una empresa familiar?
En una reciente entrevista que le hicieron a Carmen Riu, consejera delegada del Grupo Riu, decía “A nuestros hijos les hemos enseñado a ser propietarios. Solo serán los gerentes, si son los mejores”.
En Arrabe Integra somos especialistas en la resolución de conflictos en la empresa familiar. Y sabemos que un área en donde estos suelen aparecer es en las relaciones, roles y responsabilidades de los accionistas.
Accionista de una Empresa Familiar
Todo empresario, o trataría de no tener socios o sabría definir su perfil de socio ideal. Aquel con el que se compenetraría para hacer crecer un negocio.
¿Y si el socio es un familiar y además, no trabaja en la empresa? ¿Qué le pediríamos?
En las empresas familiares, por lo general, los socios no se eligen pero si se pueden gestionar las relaciones, los derechos y los deberes.
Esto, es tan sencillo de decir, como tan difícil de poner en práctica.
Son pocas las empresas que llegan a la generación donde conviven familiares que trabajan en la empresa con familiares que no trabajan en la empresa. Ambos, tienen nuevos roles como propietarios de los que no tienen referencia a imitar en sus padres y abuelos. Nuevos roles con motivaciones y objetivos en algunos aspectos dispares.
Varios sentimientos enfrentados:
- Los que trabajan en la empresa, no reconocen los derechos de propiedad de los que no trabajan en la empresa. “El esfuerzo lo hago solo yo”.
- Los que no trabajan en la empresa, pueden desde, hacer como si no existiera y vivir al margen de la empresa hasta no reconocen el esfuerzo que supone para los familiares trabajadores y solo exigir su dividendo. “Si no hay rentabilidad, para eso, mejor me salgo”.
¿Cómo estar contento de ser socio de una empresa familiar y cómo ser buen socio para la empresa, para la familia y para el entorno?
Esto nos lleva a preguntarnos, cuáles serían algunas de las características del socio responsable que todo líder empresarial desearía tener.
El socio que toda familia empresaria necesitaría para su continuidad sería aquel que está informado de lo que pasa en la empresa, asiste a las reuniones y se estudia la información que le remiten. Respeta y acepta las decisiones de la mayoría y las apoya aunque su voto hay sido contrario. Ofrece su disponibilidad ante cualquier requerimiento.
Reconoce el esfuerzo de quienes trabajan en la empresa y la responsabilidad que soportan en beneficio de toda la familia; y reconoce y agradecen el privilegio de su condición de propietario.
Los socios que trabajan en la empresa respetan y protegen los derechos de los socios que no trabajan en ella y están dispuestos a ser evaluados y rendir cuentas de su desempeño.
El socio eficiente es aquel que no exige más de lo acordado. No hace uso indebido de los recursos y la reputación de la empresa; y se preocupa por desarrollar y fomentar entre los suyos un autentico respeto y cariño por el negocio familiar. No busca compradores para su participación de manera unilateral, defiende que la propiedad se mantenga en la familia.
Serían aquellos propietarios que, al margen de las emociones, trabajan conjuntamente para definir y consensuar una visión global de largo plazo y un marco estable de relaciones entre la empresa, la familia y la propiedad. Tratando siempre de añadir valor, o por lo menos no restar.
Por ello, el socio eficiente, se preocupa por su formación, su desarrollo personal y profesional.
Como he dicho anteriormente, es una nueva dinámica de relaciones familia/empresa/propiedad/entorno que suele aparecer en la tercera generación y para la que no hay espejos donde reflejarse. La familia debería preparar este nuevo escenario, anticiparse para no improvisar, ponerle marco, estructura y reglas de juego por el que puedan transitar sin dudas los futuros propietarios responsables.
Ana Díaz Montañés
Consultor de Empresa Familiar especialista en Consejos de Familia
Arrabe Integra
Asesores de Empresa